Subiendo una Montaña: Las 4 Etapas que Reflejan las Relaciones
¿Alguna vez has notado cómo subir una montaña se siente muy parecido a navegar una relación? Esa idea nunca cruzó por mi mente… hasta que mi novio dijo: “Vamos a dar un paseo; prepárate para subir la montaña Y.” ¡Y lo hicimos!
Montaña Y: Una breve descripción
Aquí tienes un poco de contexto sobre la Montaña Y:
- Se eleva a 8,572 pies (2,613 metros) sobre el nivel del mar.
- Está ubicada al este de la Universidad Brigham Young (BYU) en Provo, y forma parte de la cadena montañosa de Wasatch Front.
- El Sendero de la Montaña Y, también conocido como el Sendero Slide Canyon, tiene 3.5 km (2.2 millas) de ida y vuelta.
- Los excursionistas suben aproximadamente 1,074 pies de elevación a través de 13 zigzagueos.
- La caminata puede tomar hasta dos horas. Aunque se considera moderada, la inclinación empinada puede ser desafiante. Afortunadamente, hay bancos a lo largo del camino para descansar y disfrutar de la vista.
Vamos a profundizar en las cuatro etapas de mi experiencia subiendo la Montaña Y—y cómo reflejan las relaciones.
Etapa 1: El Comienzo Emocionante
Estacionamos en el inicio del sendero y nos preparamos para empezar. Con mi cámara alrededor del cuello y una gran sonrisa en el rostro, estaba emocionada de estar subiendo una montaña con mi novio. Caminamos juntos, haciendo pausas para admirar la ciudad abajo y la increíble vista. La energía era alta y nuestros espíritus, ligeros.
Esto es justo como el comienzo de cualquier relación. Todo se siente emocionante y nuevo, y es fácil ver el mundo a través de lentes color de rosa. Conocida como la “fase de luna de miel,” es un momento cuando la dopamina inunda tu cerebro. Todas las relaciones pasan por esta etapa, aunque su duración varía.
Aunque es un tiempo mágico, creo que el amor no tiene un calendario fijo para empezar o terminar. Cada persona—y cada relación—es diferente.
Etapa 2: El (oh – no) Ascenso
En un corto tiempo, nuestras piernas comenzaron a doler y las dudas aparecieron. Mi mente empezó a preguntar: ¿Por qué estamos haciendo esto? ¿Deberíamos seguir? ¿Vale la pena? La inclinación empinada nos dejó sin aliento, y nuestra conversación alegre se ralentizó mientras nos enfocábamos en subir.
¿Te suena familiar? Es como el momento en una relación cuando la realidad se hace presente. Comienzas a notar características y hábitos que quizás no te gusten. Puede ser algo pequeño o algo significativo. En esta etapa, es importante preguntarte: ¿Puedo aceptar estas cosas y seguir adelante?
Nadie es perfecto, y toda relación tiene diferencias. La clave es decidir si esas diferencias son un obstáculo o si puedes aceptarlas y seguir. Sin embargo, las señales rojas—cualquier tipo de abuso—nunca deben ser toleradas.
Etapa 3: La Pausa a Mitad de Camino
El sendero de la Montaña Y tiene 13 zigzagueos, y llegamos al número 7 antes de tomar un descanso. Encontramos un hermoso banco con vista a Provo y al Lago Utah.
Durante esta parte de la caminata, caminamos juntos en algunos momentos, pero también por separado. Recuerdo vívidamente haber caminado del zigzagueo 5 al 6 por mi cuenta mientras él caminaba unos metros detrás de mí.
Piensa en esto por un momento, las relaciones también pueden sentirse así. Ya conoces a tu pareja mejor—lo bueno y lo malo. Han pasado por algunos desacuerdos, y las cosas pueden sentirse tensas. A veces, necesitas tomar un poco de tiempo para ti, y a veces están ahí, lado a lado. Si empiezas a tener desacuerdos, te sientes irritado y no quieres ceder en nada, siéntate, respira profundo y reflexiona sobre hacia dónde van juntos.
Etapa 4: El Regreso (con un nuevo propósito)
No llegamos a la cima ese día. Mientras estábamos sentados en ese banco, nos dimos cuenta de que no estábamos físicamente listos para terminar la subida. En su lugar, hablamos, disfrutamos de la vista e incluso conversamos con una amable señora que caminaba con su adorable cachorro. Luego decidimos regresar por el sendero.
Bajando, nos sentimos más ligeros. Mi novio dijo algo que se quedó conmigo: “Vamos a ponernos en mejor forma y subir a la cima la próxima vez.” Y hasta el día de hoy, no creo que él sepa lo que eso significó para mí. Fue un nuevo propósito, fue algo que esperar, juntos, para el futuro, como un equipo. ¡Gracias a Dios por este hombre!
En las relaciones, esto refleja el momento en que decides enfrentar los desafíos como un equipo. Cuando dejas de lado el orgullo, te comunicas de manera honesta y haces compromisos, creas algo hermoso juntos.
¿Estaba decepcionada de no llegar a la cima? Sorprendentemente, no. Me sentí agradecida, realizada y emocionada por nuestro próximo intento.
Las relaciones son similares. Cuando te enfrentas a desafíos, el camino fácil podría ser tentador. Pero quedarse juntos, aprender a dar espacio y trabajar en equipo puede llevar a un crecimiento increíble.
Ese día en la Montaña Y, me di cuenta de que caminar por separado por un rato no significa que no estés juntos. Solo significa que te estás tomando tu tiempo—y está bien.
Si estás atravesando un momento difícil en tu relación, recuerda: necesitas hacer el trabajo individual para que prospere. Y si necesitas un poco de ayuda extra, te recomiendo mucho visitar la página de Karina Madrigal para orientación profesional.
¡Gracias por leer!
Como siempre,
¡Sé amable, sueña en grande, vive plenamente!
¡Nos vemos pronto!
Vanessa.

Quieres saber más acerca de la ciudad de Provo? Lee mi post anterior!!